Aprovechando la festividad de San Isidro salí a pasear por Madrid para conocer más de cerca las tradiciones de la ciudad que me ha acogido y poder retratar a algunos de los chulapos y chulapas que disfrutaron de las fiestas en Las Vistillas, La Latina o la Pradera de San Isidro, entre otros.
No debemos confundir esta vestimenta con el traje tradicional madrileño que es el goyesco. Este traje se puso de moda entre las
clases altas madrileñas desde finales del siglo XVIII hasta mediados del
siglo XIX. Se compone, en su vertiente femenina, de un corpiño ajustado con un gran escote y mangas largas y afaroladas en los hombros y ajustadas hasta la muñeca, de buena calidad, casi siempre de terciopelo. Lo completa una falda de vuelo sobre la que se colocaba un mandil. Tanto el corpiño como la falda están bordados ricamente. En cuanto a los hombres, llevan camisa blanca con fajín y pañuelo a juego. Lo completa una chaquetilla corta bordada y un pantalón ajustado que, a la altura de las rodillas, deja a la vista unas medias blancas. Ambos se colocan sobre el pelo la típica redecilla.
El
traje de chulapo o chulapa era usado en el siglo XIX como
atuendo diario de la población. A principios del siglo XX, gracias a la zarzuela, se convirtió en el vestuario típico de fiestas como San Isidro, la Verbena de la Paloma o la Almudena.
Las chulapas visten con una falda larga o vestido ceñido a la cintura hasta las caderas, con vuelo a partir de las rodillas. La blusa o la parte superior del vestido es ajustado, escotado y con mangas de farol. Este traje admite gran variedad de tonalidades, al contrario que el de chulapo. Un complemento imprescindible es al mantón de manila y, sobre el pelo, un pañuelo de seda blanco doblado en
pico y atado bajo la barbilla bajo el que asoman los típicos claveles.
Los chulapos se engalanan con pantalones oscuros, camisa blanca con chaleco y chaqueta con vivos en negro. Se colocan un clavel en la solapa y un pañuelo
blanco al cuello. Sobre la cabeza se colocan la parpusa, la gorra del
chulapo.
En mi recorrido me crucé con varios chulapos y chulapas, los típicos puestos de barquillos y, por supuesto, con mucha gente bailando chotis.
Como no podía ser de otra manera hoy finalizo con un chotis. Y recordando que hace 20 años que nos dejó la gran Lola Flores, os dejo con una versión de "Madrid, Madrid, Madrid" que la faraona cantó junto al autor del mismo, Agustín Lara.
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